martes, 22 de noviembre de 2011

Comienzo mi relato en medio de la siesta, después de probar las comiditas, como no, de mi mamá.
Ayer, mi madre preparó una de sus famosas sopas/caldos/cocidos/guisos, etc, para que se llevase mi hija a su ciudad universitaria. Así, al olor de las viandas, el desfile de los universitarios, que se convierten  en grandes adláteres de mi  querida y adorada hija, pasean por la cocina como los aristogatos por el barrio
Mi madre que nació en el 33 recuerda la guerra y mucho mejor la posguerra, nos relata cómo se podía hacer un caldo para alimentar al alma más que el estómago con poco más de 1 ptas. : 1 trozo de unto, 1 patata, unas cuantas berzas, con un poco de suerte unas pocas de alubias y si todavía quedaba algo de suerte, 1/4 d chorizo, -las otras 3/4 partes quedaban para un "porsiacaso"-. y al fuego de carbon toda la mañana sobre un trípode de hierro. Mientras, fregaba los suelos de madera, de rodillas y con un brus, limpiaba, lavaba la ropa en el rio -al que había que llegar despues de 45 minutos cargada con las grandes  tinas de zinc  que en invierno regresaban con la ropa mojada,- tinas que todavía conserva- para llegar a casa después de retornar por el mismo camino, tenderla y prepararle el desayuno a su hermano que venia de la panadería para acostarse. Ella dejaba todo listo y se iba a trabajar a la sastrería de niña de recados. Con el tiempo llego a ser sastra y su especialidad eran los chalecos.  A mediodia, subía, con más apetito que comida y  le esperaba  el caldo de 1 ptas. que  estaba listo para ser comido. Así calentaba su cuerpo, agredeciendo que tenían algo para comer-  que había otros que no tenían ni para eso-.
Otro día contaré porqué digo al principio de este escrito ""sus famosas sopas/caldos/cocidos/guisos, etc."
El recuerdo no se puede perder, nunca se sabe si algún día tendremos que volver a los caldos de 1€ por aquello de la inflacción.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

LOS CINCO SENTIMIENTOS DE LOS FOGONES

Los sentidos te hacen sentir y sentir produce sentimientos. Los fogones y todo su entorno me despierta los cinco sentimientos.
¿En que otra situación tan cotidiana se tiene los cinco sentimientos tan despiertos como cuando uno se sienta en una mesa?
No hablo sólo de: ¿que comes?, es algo mas..., ¿dónde comes, con que comes, que hablas, que compartes...? Todo  transmite un sentimiento: Ese azucarero que heredaste de tu abuela, y era ese el que querías por ser el azucarero que habías visto toda tu vida en su casa. Esa fuente de porcelana de la vajilla de mama, que ya no queda nada pero está ella para recordarte que la veías una vez al año con sus buenas viandas  para la ocasión. Y la sartén de la tía Aurora donde preparaba esas fabulosas tortillas que no sabían igual si no estaban echas con el cariño y paciencia que ella ponía cuando sus sobrinas comían en su pequeña y pulcra casa.
Espero recodar mil cosas para que podamos compartirlas. Si algún día alguien lee este blog y quiere aportar, que lo haga, creo que todos tenemos recuerdos, recetas de las abuelas y vivencias en las aldeas, corredoiras, veranos de bocadillos magníficos de mamá ,¿y el gusto de la fruta prohibida? Sí, esas,  las que tenía el vecino en su manzano, esas que no te dejaban coger pero a ti te sabían a gloria solo por el mero echo de poder cogérselas sin permiso.
Os espero a todo aquel que quiera y tenga la necesidad de recordar los sentimientos de la cocina/comida/vida.

martes, 20 de septiembre de 2011

El Principio

Cuchara: Mis platos preferidos se comen con cuchara. Esto lo entenderíais si pudierais probar la sopa de mi madre. Lo he intentado, prometo que lo he intentado, pero es imposible, no consigo hacer la sopa igual que ella. El secreto: Buen producto, tiempo y amor. Dice mi madre cuando le pido su receta una y otra vez. Si pudierais olerla, saborearla, casi que tocarla... "INMEJORABLE"